Gratitud: El ejercicio de agradecer las pequeñas cosas que puede transformar nuestras vidas

Esta práctica que nació de las manos de la psicología positiva ya es una tendencia en todo el mundo. ¿Por qué ayuda a la salud física y mental tomarse el trabajo de agradecer el día? Te contamos cómo son estos cuadernos y de qué manera se usan.

Terminar el día. Con cansancio, con dudas, con las preocupaciones y los rulos mentales de tiempos inciertos. Y encontrar ahí, en esos intersticios que deja la rutina, casi al azar, un dejo claro de satisfacción y alegría. Un suspiro largo que termina en sonrisa.

Algo así es lo que propone esta práctica que ya es una tendencia en el mundo. Sentarse unos minutos, lapicera en mano, y buscarle a la jornada esos instantes de profundo agradecimiento: la sonrisa de un hijo, el abrazo de una amiga, una flor que puso en jaque al otoño más frío de los últimos años, un atardecer que sorprendió en la vuelta a casa un martes cualquiera.

Está de moda escribir un diario de gratitud. Sí, es cierto, pero es una moda que se sostiene con fundamentos. En un estudio realizado por los psicólogos Robert Emmons de la Universidad de California y Michael McCullough  de la Universidad de Miami en el año 2019, las personas que manifestaban agradecimiento en un diario semanal demostraron que se sentían un 25% mejor que el otro grupo al que se le había asignado, como si se tratara de la Tana Ferro en el film Un novio para mi mujer, escribir día a día sobre lo que los fastidiaba. Los que miraban la mitad del vaso lleno, reportaron menos problemas de salud y rindieron un promedio de casi dos horas más en sus trabajos.

Reeducarnos a la gratitud

El monje benedictino austríaco David Steindl Rast, a sus 97 años, sigue viajando por distintos países hablando de la gratitud como un estilo de vida. Él afirma que los seres humanos podríamos tener cualquier cosa que deseamos, pero, si no estamos agradecidos por ello, nunca seremos felices. “La buena noticia es que una vez que lo internalizamos, nos damos cuenta de que todo es un regalo. Ser agradecidos es algo natural al ser humano, pero nuestra sociedad nos ha educado de otra manera, entonces debemos reeducarnos. Los niños más pequeños confían en la vida y son felices. A medida que crecemos sentimos que siempre hay algo nuevo que necesitamos y esto bloquea el gozo”, dijo Steindl Rast.

Carolina Gómez Oros, una joven diseñadora gráfica que se dedica al arte de la encuadernación y al trabajo con papel para su emprendimiento Carolina, explica que todo su trabajo está dentro de la corriente de la psicología positiva.

“Un diario de gratitud es un cuaderno en donde se van registrando con regularidad todas aquellas cosas de las que uno puede estar agradecido cuando llega la noche. Es importante porque como es una escritura propia y expresiva, sirve como elemento liberador y de catarsis para drenar emociones y darle una perspectiva realista a las situaciones que vivimos”, cuenta.

En la imprenta y papelería Vincent Cousteau de la Ciudad de Buenos Aires, hacen cuadernos artesanales que envían a distintos puntos de todo el país hace ya más de diez años. La pareja que lleva a cabo este emprendimiento, dice: “esta práctica nos permite tener una real conciencia de todas esas cosas buenas que normalmente damos por sentado. De esta manera logramos centrarnos en los aspectos positivos de nuestro día a día, en vez de focalizarnos en los errores o los problemas”.

¿Cuáles son las preguntas y las consignas que se responden en estos cuadernos?

Claro que no es necesario comprar un tipo de cuaderno especial para manifestar agradecimiento por la vida. Podríamos tener el celular en la mano, unos minutos antes de irnos a dormir, y en un block de notas tecnológico anotar al menos cinco cosas buenas del día. Con eso, afirman los especialistas, bastaría para sacar ventaja de estos tres beneficios:

• Incrementar la positividad y el optimismo: agradecer tiene un efecto directo en el estado de ánimo. Fijar la atención en lo bueno, genera felicidad.

• Reducir la ansiedad y mejorar la calidad del sueño: tener pensamientos positivos antes de cerrar los ojos reduce el estrés y nos permite dormir en paz.

• Colabora en la autoestima: pensar en lo bueno que se tiene y se es, eleva la seguridad y la confianza en uno mismo.

Descubrir lo pequeño que en general uno pasa por alto

¿Por qué, entonces, puede ser bueno tener un diario de gratitud de papel? Como en toda práctica, seguir un método es muy recomendable a la hora de sostenerla en el tiempo y obtener buenos resultados. Estos cuadernos ayudan a generar una reflexión profunda sobre los pasos que se han dado en la jornada. Por ejemplo, un ejercicio que Carolina Gómez Oros incluye, es “responder siete preguntas diarias que los especialistas han elaborado. Algunas de ellas son: De lo que soy y tengo, ¿qué quiero agradecer hoy?; ¿qué posibilidades y oportunidades quiero agradecer hoy?; ¿qué dones/habilidades reconozco en mí y quiero agradecer hoy?”

Andrés Colimedaglia, de Vincent Cousteau, cuenta que sus cuadernos invitan por empezar a agradecer al menos cinco cosas del día, tal como recomiendan desde la psicología positiva. “No tiene que ser nada espectacular, la idea es que pueda ser incluso ese rico café que uno se toma por las mañanas. Luego, invitamos a escribir cinco afirmaciones positivas sobre uno mismo, esas cosas que durante la jornada dieron orgullo por lo hecho y el camino recorrido en la vida. Nada de esto tiene que ser grandilocuente y ahí está el secreto, en descubrir lo pequeño que en general uno pasa por alto”. Por último, algo que afirma es muy importante, es escribir el momento favorito del día.

Julieta Guglielmino, la otra pata de Vicent Cousteau, agrega que esta práctica “fortalece la capacidad para hacer frente a los desafíos, ya que ayuda a encontrar aspectos positivos incluso en tiempos difíciles. Expresar gratitud hacia los demás también es una forma poderosa de fortalecer las relaciones interpersonales. Cuando mostramos aprecio por las acciones de los demás, fomentamos la conexión y la reciprocidad en las relaciones”, dice, y finaliza con un dato importante: la mayoría del público que busca un diario de gratitud es femenino.

Ana Cuña tiene 49 años. Cuando tenía 12, la prima de su mamá le regaló uno de esos diarios íntimos con tapa de Sarah Kay y candado dorado que se usaban en los años 80. Desde ese día, no dejó de escribir cuadernos personales, pero hace poco descubrió los de gratitud.

“Recuerdo que lo compré a fin del año pasado por pura curiosidad, pero cuando abrí una noche, ya en la cama, la primera página me enfrenté a todas esas preguntas. Tenía que llenar cada ítem que me proponía el cuaderno y entonces me vi obligada a hacer un camino de autoconocimiento y reflexión muy importante. ¿De qué estaba orgullosa de mí misma? ¿Qué personas me habían dado una mano o me habían hecho feliz ese día? ¿Qué momento exacto había sido el mejor de la jornada? ¿Cuándo y por qué había sonreído? Me di cuenta que esa metodología, lejos de molestarme, me generaba una gran satisfacción y me predisponía a entrar en el sueño con una sonrisa. ¡Los súper recomiendo!”, compartió Entusiasmada.

Sin dudas, esta es una invitación a tomar el día, examinarlo sin juzgarlo, siendo amoroso y compasivo con uno mismo y con el entorno. Poner foco en aquellas pequeñas cosas que nos sacaron una sonrisa y que son, al final del día, las que más valen, es una tarea de autocuidado Permanente.

Por Mariana Rolandi Perandones – Especialista en psicología

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